Más de la mitad de la muestra consideró que en Argentina existe discriminación hacia los judíos.
Una investigación académica reveló este martes que tres de cada 10 habitantes de la ciudad de Buenos Aires preferiría no vivir en una zona que tuviese una importante presencia de judíos.
Considerando que Argentina es el país latinoamericanos con más judíos de América Latina (unos 300.000) el informe generó cierto revuelo en los medios de comunicación locales, que dieron amplia cobertura a la información.
El estudio estuvo basado en unas 1.500 encuestas a personas adultas y fue elaborado en el Instituto de Investigaciones Gino Germani de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Además contó con el apoyo de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA).
Más de la mitad de la muestra consideró que en Argentina existe discriminación hacia los judíos y dicha comunidad fue criticada por quienes aceptaron participar por ser "cerrados".
Muchos encuestados afirmaron que los judíos hablan demasiado del Holocausto, 53% asegura que son más leales a Israel que a Argentina, en tanto que más de dos tercios los criticó por "tener mucho poder en los mercados financieros" o porque "sólo les interesa hacer dinero".
Problema generalizado
"...lo interesante de estas representaciones, más allá de si expresan o no antisemitismo, es que no dejan duda alguna de que los judíos son percibidos negativamente"
Sin embargo, al enmarcar los resultados en el contexto argentino, es probable que la discriminación va más allá de los judíos. Alcanza a diferentes sectores, colectivos o comunidades del país.
Según explican desde el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), los prejuicios pueden variar según la población, el lugar geográfico del país, o la situación económica.
En la ciudad de Buenos Aires se pueden encontrar estereotipos negativos hacia bolivianos, peruanos o paraguayos. Pero, por ejemplo, en un reciente viaje de BBC Mundo a la zona fronteriza de Argentina con Chile, hay tensiones o prejuicios entre algunos pobladores hacia sus cercanos vecinos chilenos.
De acuerdo a un estudio de opinión publicado por Unicef en mayo, en el que se consultó a adolescentes en varias provincias, más de dos tercios de los entrevistados consideraron que el inmigrante boliviano era el más discriminado del país. Y 72% de la muestra coincidió que Argentina es un país "muy o bastante xenófobo".
"La colectividad judía no es ni más ni menos discriminada que cualquier otra", dijo a BBC Mundo Víctor Ramos, quien dirige la organización no gubernamental SOS Discriminación, y quien fuese uno de los fundadores del INADI.
"De hecho, según los estudios que hemos hecho los más discriminados son las personas con discapacidades, sea motriz o mental. Y es porque son las personas a los que el ser humano tiene mucho miedo a parecerse", aseveró.
Matices
Néstor Cohen, sociólogo e investigador del instituto donde se elaboró el informe, escribe en una columna de opinión, en el diario La Nación, que "lo interesante de estas representaciones, más allá de si expresan o no antisemitismo, es que no dejan duda alguna de que los judíos son percibidos negativamente".
"La colectividad judía no es ni más ni menos discriminada que cualquier otra"
Víctor Ramos
Sin embargo, la misma investigación señala que a la hora de elegir un socio comercial entre las diferentes comunidades del país, los entrevistados mayoritariamente seleccionaron a un judío, por encima de chilenos, bolivianos, árabes, paraguayos y coreanos, en orden de preferencia.
Además, buena parte de la muestra caracterizó a un "jefe judío" o un "empleado judío" como "inteligente" y "trabajador".
"Estas encuestas tienen un sesgo determinado que hacen que se dé una imagen negativa, por lo que no les doy valor científico. Sólo ayudan a generar los mismos prejuicios que se quieren evitar", afirmó Ramos.
De hecho, el actual director (en carácter de interventor) del INADI, Pedro Mouratian, informó a medios locales que el ente que dirige no ha recibido un incremento de denuncias por antisemitismo en tiempos recientes.
Ello no quiere decir que no ocurran en Argentina incidentes que pueden ser calificados como antisemitas. Hace pocas semanas, un hombre, sin motivo aparente, atacó con un palo a un grupo de judíos ortodoxos en una zona de la capital. El agresor fue grabado, pero no identificado. Y el caso tuvo amplia cobertura en los medios de comunicación.
Pero también ocurren decenas de casos que bien pueden ser calificados como discriminatorios, xenófobos o racistas hacia otros sectores que no llegan a tener el mismo impacto en los medios.
En estadios de fútbol argentinos, por ejemplo, es habitual escuchar cantos xenófobos contra bolivianos o paraguayos. "Mongólico" es también un insulto común que se puede escuchar en las calles.
"Esta enfermedad que es la xenofobia es desatada normalmente por algún acontecimiento y hace que lo peor de los seres humanos resurja", dice Ramos, en referencia a unos incidentes ocurridos en el sur de Buenos Aires el año pasado, en un desalojo de terreno ocupados mayoritariamente por inmigrantes bolivianos por parte de vecinos de la zona que tuvo un fuerte elemento racista.
"Puede ocurrir contra, digamos, bolivianos, peruanos, negros, judíos o musulmanes. Y también influye la manera en que dichos sentimientos sean manipulados por los medios de comunicación, algún político reaccionario o los intereses de un empresario", agregó el director de la ONG.
