En primer lugar, quiero aclarar por qué razón es que están engorrosamente equivocados quienes le atribuyen el “fin de la historia” al movimiento kvutzianista. Quienes sostienen esto, pues, deben despertarse de su eterno descanso de una buena vez por todas. Es que, sin lugar a dudas, aparecen opacados por un fantasma que los ha dejado sin reloj y sin tierra; que los ha extrapolado a los albores del pasado y que los ha desembocado en un sueño imposible de traducir en símbolos reales y en…
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