JUDAISMO HUMANISTA

O Judaismo Humanista é a pratica da liberdade e dignidade humana

Los principales retos del Medio Oriente en el 2016 Lic. Bryan Acuña Obando - Analista Internacional

- Los retos y circunstancias del Medio Oriente no generarán mayores cambios, las tensiones no disminuyen sino que por el contrario se van ampliando, conforme los conflictos envejecen, también sus soluciones se van tornando cada vez más complejas de implementar.
La guerra contra DAESH parece una cuestión global, lo cierto del caso es que esta agrupación es solamente el reflejo de otro proyecto político mundial, no necesariamente de las potencias occidentales ni ninguno de esos proyectos imperialistas que suponen algunos conspiradores, sino la realidad de un movimiento político – religioso nacido de la propia cuna de los principales movimientos del Islam, quienes han aprovechado el apoyo de algunas potencias para expandir sus ideologías expansionistas.
Hay un modelo de califato sunita promovido desde Arabia Saudita y las agrupaciones salafistas, tal como existe un modelo de califato chiita patrocinado desde el liderazgo religioso iraní, quienes al mismo tiempo poseen el poder político de la nación persa.
Si se logra vencer a DAESH, otro grupo similar aparecerá para hacerse con el vacío de poder que deje esta agrupación. El complejo panorama de la guerra interreligiosa islámica en la que está sumergida la región se complementa con el involucramiento de los intereses de las potencias mundiales que tienen otros objetivos, alejados de los objetivos mesiánicos de los grupos religiosos que se disputan el poder regional.
También enfrentamientos entre agrupaciones islamistas son el resultado de esta lucha por imponer una ideología política – religiosa. Las luchas entre células terroristas como Jabat Al Nusra y DAESH contra Hezbollah, seguirán estando presentes en el 2016, se podrán extender y afectar otras regiones donde los grupos islamistas quieran establecerse, de esto preocupan las células que han implementado su presencia en la Península del Sinaí, cerca de la Franja de Gaza, otro objetivo que pareciera tener DAESH para restar el poder de Irán en la región (por su alianza con Hamas) y además emprender nuevos objetivos políticos contra el “infiel Estado Sionista”.
La guerra siria, que en el 2016 cumplirá 5 años, fortalece la idea que el resultado final de esta confrontación es la división completa del territorio en tres sub Estados principales, con liderazgo dividido entre kurdos, Bashar Al Assad tutelando la vida de los chiitas, alauitas y otras minorías religiosas, así como un tercer territorio disputado entre oposición laica e islamistas de Jabat Al Nusra y el DAESH. Esto patrocinado por la intervención de la OTAN, Estados Unidos y Rusia.
El impacto de la guerra siria se puede ver reflejado en la generación de más refugiados, tanto los que se han marchado hacia Europa como quienes han terminado en otros países vecinos de la zona. Líbano y Jordania principalmente.
El complejo panorama israelí – palestino no cambiará positivamente de lo que se vivió hasta el 2015. Se han fortalecido los gobiernos palestinos en las regiones donde tienen poder; la Autoridad Nacional Palestina en Cisjordania y Hamás en la Franja de Gaza.
Para el 2016 el panorama parece que no tendrá mayores modificaciones, excepto momentos en los cuales la violencia se incrementará y se seguirán viendo ataques terroristas de baja intensidad que se han hecho constantes ahora con los ataques con cuchillo por parte de terroristas palestinos, los ocasionales ataques con cohetes desde la Franja de Gaza, así como eventuales respuestas militares del Estado de Israel a la violencia y el terrorismo palestino.

La cuenta regresiva en el Medio Oriente
La ruptura diplomática entre Arabia Saudita e Irán, tensan la ya de por sí deteriorada situación del Medio Oriente. Con una Siria llevada a la ruina por la división interna patrocinada por la inoperancia occidental, quienes han permitido el crecimiento de células islamistas entre los grupos opositores al régimen

de Bashar Al Assad, y quienes además han aprovechado las divisiones sectarias en Iraq para absorber clanes sunitas contra el liderazgo chiita que se desarrolló desde la caída del régimen de Sadam Hussein.
Para acentuar la gravedad de la situación, los enfrentamientos indirectos en Yemen, con enfrentamientos entre saudíes contra los hutíes (chiitas) para retomar el control político y lo más importante religioso (sunita) de su aliado Hadi.
Y en este conflicto se encuentra el régimen iraní armando a los grupos hutíes (según informes la ONU), quienes le han agregado un grado mayor de tensión a la relación entre ambos países que representan además los liderazgos de sus respectivos grupos religiosos; Arabia Saudita al Sunismo e Irán al Chiismo.
Y si esto no era suficiente, el régimen Wahabista de Arabia Saudita decidió ejecutar varios presos acusados de terrorismo (algo de paso irónico), entre los cuales destacaba el disidente chiita el jeque Nimr Baqr al Nimr lo que desató las protestas en ese grupo religioso, principalmente en Irán e Iraq. Lo que causó además fuertes protestas de corte político y acciones violentas como el asalto a la sede diplomática saudita en Teherán con lanzamiento de bombas molotov y la acusación de que un cohete habría impactado la sede saudí en Bagdad.
A lo anterior, cabe destacar además las palabras del Supremo Líder iraní el Ayatola Jamenei condenando las acciones del régimen de Riad, y del grupo Hezbollah en el Líbano quien por medio de su líder el Jeque Hassan Nasrallah, amenazó a los sauditas y les dijo que deberían de tener miedo por las represalias, además agregó:
"La tierra del islam fue nombrada, injustamente, con el nombre de la familia Saud, que se impuso a su pueblo con el asesinato, el terror y los cuerpos que masacraron, con el apoyo y la financiación británica", mientras los presentes coreaban “muerte a la familia Saud”.
El presidente iraní, Hasan Rouhaní, fue enfático en sus palabras, aunque posteriormente le bajara el tono, pero ya las tensiones se habían llevado a un nivel sin retorno, sus palabras para el gobierno saudita fueron:
"…No tengo ninguna duda de que Arabia Saudita ha empañado aún más su imagen entre los países, especialmente ante los países islámicos, mediante la adopción de esta acción anti islámica. Dicha acción está en línea con las políticas sectarias y alimenta el terrorismo y el extremismo en la región y el mundo, que ha dado lugar a la desestabilización de Medio Oriente y lanzarlo a la guerra y el conflicto…"
Esta escalada no se quedó en simples palabras y empujó a la región a más problemas que complicarán el panorama sectario. Es la motivación adecuada que necesitan agrupaciones de índole islamista para poder dar golpes terroristas y amedrentar a las poblaciones civiles de los grupos contrarios a sus ideologías, al mismo tiempo es un mecanismo de reclutamiento de nuevos adeptos a sus organizaciones extremistas, y un duro revés en cualquier intención de reforma o de moderación en el discurso de algunos grupos islámicos actuales.
Las potencias por su parte, aprovechando la tensión religiosa, tomarán bandos y continuarán potenciando a su placer el conflicto para mantener sus ejes de control geopolítico, sin prever que indirectamente este involucramiento se está extendiendo cada vez más a pelearse en un terreno que va mucho más allá del Medio Oriente y se acerca de a poco sin darse cuenta en el propio patio de los países occidentales.
Si esta tensión no se logra disminuir, dentro de poco los enfrentamientos y atentados terroristas no se estarán contando solamente en Bagdad, Tel Aviv, Estambul, Homs y otras ciudades del Medio Oriente, sino que se harán comunes en París, New York, Londres, Madrid, y otras ciudades del occidente que no termina de comprender la envergadura de lo que hoy ocurre en esa volátil región.

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