JUDAISMO HUMANISTA

O Judaismo Humanista é a pratica da liberdade e dignidade humana

Interpretación y comentario

La parashá “Noaj” es la continuación de la Creación del mundo. La historia del diluvio es en sí misma una nueva creación del mundo, pero no es una creación “a partir de la nada” como la primera, sino que es una creación a partir de lo ya existente: Noaj y todo lo que estaba con él en el arca. Dentro de este contexto analizaremos la historia de la torre de Babel y su destrucción por Dios.
No podemos medir los temores divinos según la escala de valores humanos. De hecho, los seres humanos que vivían en aquella época vivían todos juntos, hablaban el mismo idioma y estaban unidos en sus ideas, así propusieron juntos el proyecto “Torre de Babel”. El objetivo de la torre, según RaDa“K, era marcar puntos de orientación para que cada uno pudiera saber dónde vivía exactamente.
Hasta aquí, según nuestra escala de valores, había ahí un modelo de sociedad responsable, unida y pacífica. Por qué entonces Dios quiere destruir esos inocentes planes de los seres humanos?! Qué le molesta a Dios para decir: “He aquí que son un solo pueblo y un solo idioma...y ahora no les será vedado nada de lo que se han propuesto hacer”? Qué tiene de malo que los seres humanos logren hacer lo que se proponen?
La historia es difícil para la comprensión humana dentro de lo que llamamos “justicia”. Los comentaristas de la Edad Media percibiendo lo díficil del asunto, dijeron que las personas de Babel construyeron un monumento gigante para idolatrar y así competir con Dios. Para que eso no ocurra, Dios los confundió y dispersó esa unión. Esta explicación no convenció a todos y trataron de explicarlo por otros caminos.
Rabi Eliezer Ashkenazi HaRofé (siglo 16) en su libro “Maasei HaShem” (Génesis), analiza esta historia de manera racional:
Por qué no fue castigada la generación de la torre de Babel como la generación del diluvio, que fue totalmente aniquilada?
Su respuesta es que la generación de la torre de Babel aprendió de la historia y vio lo que pasó con la generación del diluvio. La generación de la torre de Babel “deseaba tener un orden único y correcto para mantener la unión política y su posición”. La diferencia entre esta generación y la anterior se manifiesta en dos creencias básicas y diferentes:
Una: La generación del diluvio creía “que el mundo es primitivo y no hay justicia ni juez”: Este mundo siempre existió y por eso no existe “justicia” ni nada que se relacione con un mundo con razón de existencia y un Creador. Por eso, esa era considerada una generación de malvados.
Dos: La generación de la torre de Babel creía que iban “a renovar el mundo según la voluntad del Creador, y hay Juez y hay justicia, pero éstos fueron creados sobre material primario”.
Lo que caracteriza a estas dos creencias es la imposibilidad de creer que Dios creó el mundo por Sí mismo e intencionalmente.
Entonces, por qué Dios impide la construcción de la torre? Según HaRofé, la torre estaba destinada a ser el trono de Dios y de la justicia. El pensamiento de los seres humanos era tan uniforme que ellos querían que hubiera un solo lugar que unifique su temor a Dios y

su necesidad de Juez y justicia, colocando a Dios en la cima de la torre y venerándolo ahí como algo lejano e inalcanzable. Hicieron eso mediante la construcción de una torre con material que representa la creación “a partir de algo”, aprovechando los materiales ya existentes.
Dios no estaba dispuesto a una situación de falta de apertura de pensamiento que se basara sólo la creencia de la creación del mundo de material ya existente.
Según la creencia que ve la Creación “a partir de la nada”, el principio de la Creación según HaRofé es: “Alcanzar la eternidad del alma del ser humano, y ésta no podrá ser alcanzada si no es a partir del reconocimiento de que el ser humano fue creado de la nada, así podrá reconocer un poco de su grandeza y posibilidades. Por eso anuló Dios la idea de la generación de la torre de Babel, porque de la discusión que surgiría entre ellos después de la caída de la torre, iba a salir la verdad”.
La torre de Babel fue derrumbada por Dios no como castigo por la idolatría, sino para evitar un pensamiento dogmático. La confusión de idiomas e ideas que surgió después de la caída de la torre es el mensaje de esta historia: Buscar la verdad mediante todos los caminos y recursos; la renovación diaria del pensamiento del ser humano y la búsqueda de fuerzas para descubrir nuestros errores y buscar nuevos rumbos.
Sólo la idea de que el mundo fue creado “a partir de la nada” puede abrir un tipo de pensamiento no dogmático, pues expresa la creencia en un milagro, en la posibilidad de renovación, a pesar de que no siempre se lo pueda ver a simple vista. Como la historia de Abraham que es narrada después de esta historia, sobre ella dice HaRofé: “Está muy distante la posibilidad de que el ser humano se levante para discordar sobre lo que fue acordado por todas las creaturas. Por eso Dios anuló la idea de ellos, porque cuando iba a ir uno con su idea para un lado y otro para el otro, dentro de esa discusión iba a surgir la verdad. Porque también Abraham reconoció a su Creador estando entre quienes adoraban al sol, la luna y a estatuas, y ahí se levantó para discutir con cada uno de ellos, hasta que al final reconoció a su Creador. Abraham analizaba cada creencia de su época, y porque las mismas eran distintas una de la otra, él logró levantarse y encontrar la verdad”.
Sólo en una sociedad que permite una variedad de ideas, donde el individuo puede buscar y analizar las diferentes ideas y creencias, se puede encontrar la verdad.
Aprendemos de HaRofé que la renovación cotidiana, el cuestionamiento y la evaluación constante de la realidad, son parte de las ideas básicas de la Creación del mundo por parte de Dios “a partir de la nada”. La generación del diluvio fue dispersa en pos de un principio importante por el cual nosotros luchamos hoy: el pluralismo. Sólo dentro del verdadero pluralismo se puede llegar a la verdad.

* Comunidad “Shevet Ajim” - Guiló, Jerusalén
Editado por el Instituto Schechter de Estudios Judaicos, Asamblea Rabínica de Israel, Movimiento Conservador y Unión Mundial de Sinagogas Conservadoras.

Traducción: Rabina Sandra Kochmann
Comunidad “Masortit Mishpajtit Bebeit Hakerem”, Jerusalén.

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