Prashat Ki Tetze - Haron Kababie

[Jayme Fucs Bar]

La perasha de esta semana (porción semanal de la tora) es del libro de Dvarim (Deuteronomio) quinto y último libro de la Tora.

¿Qué relación tienen cuestiones bélicas, mujeres bellas capturadas, hijos rebeldes, vestimentas para hombre y mujeres, trato a los animales, seguridad en la casa, mezcla de telas para ropa, difamación, relaciones sexuales prohibidas, violación, relaciones con pueblos vecinos, escape de esclavos, promesas, préstamos, prostitutas, clases débiles en la sociedad?
El nido
"Si en tu camino encontrares el nido de un pájaro en un árbol o sobre la tierra… dejarás libre a la madre y tomarás a los pichones" (Dvarim 22:6-7). A lectura simple cualquier protector de derechos de animales demandaría al legislador bíblico, cómo puede ser separar a una madre de sus pichones, ¡es inhumano! A veces para entender al legislador bíblico tenemos que entrar en contexto de la época y de esta forma tenemos que entender esta ley.
En épocas antiguas, hace miles de años, los animales que eran domesticados para consumo humano eran principalmente mamíferos, vacas, bueyes, ovejas, entre otros, las aves no estaban en un corral. Hace miles de años para comer un buen estofado de ave o un omelette de champiñones, la persona no iba a la carnicería de la esquina a comprar un pata-muslo o con el chino a comprar una docena de huevos, éste tenía que salir al campo y buscar al ave para comerla, entonces ahí viene el legislador bíblico y dice que si al salir y te encuentras un nido tienes que alejar a la madre y sólo así podrás llevarte a los pichones o en su defecto los huevos. Se entiende cierta preocupación hacia la especie, si tomaras a los pichones, a los huevos y a la madre en algunos años no habrá continuidad de la especie. Ahí podemos entender la recompensa a quien cumple la ley "Serás feliz y prolongarás tus días" (7). Si tengo conciencia por la continuidad de la especie, sin abusar de ella, se prolongarán mis días en la tierra.
El esclavo y el asalariado
A veces cuando se habla de leyes antiguas o de la Tora no se tocan temas que no están relacionados a lo divino, o se dejan pasar cuestiones que para quienes vivimos en el siglo XXI son importantes y ni nos imaginábamos que hace tres mil años estaban estipulados. Uno de estos son las leyes hacia el asalariado y/o el esclavo.
Esta semana ambos son mencionados en la perasha, tanto el esclavo como el asalariado. "No entregarás a su amo al siervo que al huir de aquél que busca tu protección" (23:16). El legislador bíblico pide, o mejor dicho exige de la persona proteger al esclavo que huye de su amo y que está pidiendo protección. No se define si es un esclavo hebreo (si, había de esos también) o un esclavo cananeo o de otro pueblo, simplemente esclavo, por lo tanto podemos entender que se refiere a cualquier esclavo. Nuestros sabios (Jaza"l) en el talmud lo interpretaron diciendo que se refería al esclavo extranjero básicamente. Esta ley puede parecernos simple y lógica, un esclavo que huye porque su amo lo trata mal, hay que darle protección. Poniendo esta ley en contexto y comparándola con códigos de aquella época encontraremos que la ley bíblica sobresale en comparación. En Mesopotamia, Egipto, Ugarit y demás pueblos vecinos que escribieron códigos legales encontramos que legislaron que quien encontrase un esclavo huyendo, éste debía ser entregado a las autoridades. ¡En algunos casos era juzgado quién lo escondía! Esta ley va con el estilo humanista del libro de Dvarim, el cual en comparación a los otros cuatro libros de la Tora, tiene un lenguaje y contenido más humano que los demás.
"No oprimirás al asalariado, pobre y necesitado, ya sea de tus hermanos o de los extranjeros que habitan en tu ciudad. Le darás su paga en su día antes de la caída del sol" (Dvarim 24:14-15). Claramente entendemos del texto bíblico la obligación que tiene el patrón en cuanto a quien recibe salario por el trabajo realizado.
En cuestión a derechos del trabajador, ya hablamos sobre el salario, pero hay un derecho más que es, de hecho una de las invenciones bíblicas, el shabat: "Guardarás el día sábado para santificarlo… el séptimo día Shabat para el Eterno tu dios, no harás cualquier trabajo, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu sierva, ni tu toro, ni tu asno y cualquiera de tus bestias, tampoco el extranjero que esté en tus portones. Para que descansen tu esclavo y tu sierva como tú. Y recordarás que esclavo fuiste en Egipto" (Dvarim 5:12-15). No importa si es el señor de la casa, el hijo o cualquier miembro de la familia, incluso si es asalariado, esclavo, extranjero, e incluso las bestias que trabajan para el patrón, todos son merecedores de un descanso después de 6 días de trabajo. (¿Alguien encontró que dijera a "Tu mujer"? nadie dijo que la ley bíblica era perfecta)
En épocas antiguas en pueblo judío fue criticado por su día de descanso, sabemos que habían pensadores griegos que ridiculizaban a los judíos por dicho día (Contra Apión 1, 22:209; 2, 2:21) en el cual no hacían ningún tipo de trabajo. A la humanidad le tomó cientos o miles de años entender la importancia del descanso para el trabajador y para todas las naciones miembros de la ONU no fue hasta después de la Segunda Guerra mundial, en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que se decretó que toda persona tiene derecho al descanso.
No puedo terminar sin recordar al visionario del Estado Judío, Theodor Biniamin Herzl, quien recalcó la importancia de la jornada laboral de 7 horas en su libro "Medinat Hayehudim". La forma en que propuso para remarcar la importancia de esto es por medio del diseño de la bandera: "Bandera no tenemos, pero es necesario, si es que queremos dirigir a tanta gente junta, es necesario ondearla sobre sus cabezas. Yo me imagino una bandera blanca, y sobre ella siete estrellas doradas que brillen. La tela blanca será en señal de la pureza de nuestra nueva vida y las siete estrellas doradas en señal de las siete horas de nuestro trabajo por día".
Herzl en su planeación del futuro Estado Judío santificó el trabajo y más que nada al trabajador, él pensaba en un Estado justo, construido con manos judías, en el cual haya una sociedad justa.
Y para concluir, no hay relación alguna entre todos los temas mencionados arriba, lo único que los une es la Perashat Ki Tetze, la cual habla de muchos temas totalmente distintos entre sí, pero cuidando la redacción que caracterizó al editor o editores bíblicos y guardando, como dije arriba, el estilo característico del Sefer Dvarim, un estilo humanista y especial.