La minoría árabe y el estado judío ¿nuevas reglas de juego? Lic. Samuel Leillen *

[Jayme Fucs Bar]

Pareciera que la característica de "país dinámico" que se atribuye al Estado de Israel, es típica de todas las manifestaciones de su existencia y desarrollo, tanto en los aportes positivos como en las facetas difíciles de su quehacer cotidiano.

Ese dinamismo caracteriza también a los sucesos contemporáneos y las interpretaciones de las concepciones, ideas, razones que los motivan e impulsan. Y no es una característica exclusiva de algún sector – étnico, religioso, género, edad, educacional, ocupacional, afiliación política, etc. Está en todos los órdenes de la vida nacional, grupal y personal.
Entre todos ellos, haremos una leve revista de las juventudes palestinas y el horizonte de sus preocupaciones. Es esa misma juventud que ocasionalmente inició semanas atrás una sucesión de cuchilladas y atropellos automovilísticos en las ciudades, en los cruces de carreteras, en las estaciones de los medios de transporte, que resultan más como alocado sistema de suicidio individual que como atentado a la estabilidad del estado judío en su patria ancestral.
La memoria colectiva:
A lo largo de los años, la convivencia judeo-árabe fue descrita por textos novedosos.
La memoria colectiva de una sociedad, lo que se recuerda en conjunto y lo que se olvida en forma colectiva, es una arquitectura cultural sometida a la hegemonía de los políticos con semánticas variantes, en especial cuando se trata de una comunidad que se encuentra en proceso de conformación de su definición soberana como actualmente lo es la sociedad palestina. Podrá notarse en ella el vaivén entre la realidad y la fantasía, entre la aspiración de modernizarse y la fidelidad a los legados históricos.
En el caso palestino, ese proceso se inició después de la Primera Guerra Mundial como parte de dos luchas: una, contra el Colonialismo entonces imperante, y la otra, contra el Sionismo entonces naciente. En definitiva, es una memoria que se basa en dos grandes derrotas: la de 1948 - que provocó la pérdida del "paraíso palestino" y la de 1967 – que los obligó a redactar una línea ideológica consensual que revele una identidad propia cuyas raíces se remontan a la antigüedad anterior a la llegada de los judíos de Egipto…
Para superar la frustración, comenzaron a utilizar en forma impúdica absurdos inventos y mentiras históricas. Tal vez sea eso la razón de las frecuentes modificaciones semánticas que encabezan las expresiones públicas del sentir palestino.
Variadas interpretaciones:
Así las interpretaciones resultan variadas. Si contemplamos los matices que diferencian a las agrupaciones políticas de los palestinos – unificadas en su representación parlamentaria desde los últimos comicios de enero del 2013 - encontraremos que:
JADASH: Partido que se presenta como judeo-árabe, participa en las elecciones desde la independencia de Israel, al principio como "MAKI – Partido Comunista Israelí". Desde siempre aceptaron la existencia de Israel como estado judío, pero consideran que la situación actual de Israel no es la que fue "añorada por ellos" y si bien estuvieron a favor de dos estados para dos pueblos desde el principio, les resulta difícil explicar "como podrían integrarse a un país tan racista como es Israel que debe ser desenmascarado por la discriminación nacional, étnica y cultural que, según ellos, lo caracteriza". Tienen representantes en la Knéset…
BALAD: Representan a la corriente nacionalista en la Knéset. Jamás aceptaron la partición de Palestina, y su programa es "un solo país para todos sus ciudadanos". A pesar de ello, consideran que la participación parlamentaria es un instrumento para exponer su lucha y ampliar el conocimiento de la comunidad internacional. Reclaman "autonomía cultural" para la minoría árabe, y consideran que Israel debe desligarse del pueblo judío: es un estado en el cual residen judíos pero no es "el estado del pueblo judío". Tienen representantes en la Knéset…
RAAM – TAAL: La Lista Árabe Unida se organizó a partir de las elecciones de la 14ª Knéset, 1996, unificando activistas del Movimiento Islámico Israelí y del Partido Democrático Árabe. Declararon que apoyan al Hamás y a Irán, que creen en el Corán y en el régimen de los Califatos, no apoyan la separación de la religión del estado y niegan al sionismo. Tienen representantes en la Knéset…
Preocupaciones y planteos:
Hasta fines de los años 60 la preocupación central era la "Administración Militar" que imperaba desde 1948 y que suscitaba la exigencia de libertades individuales: libertad de movimiento, libertad ocupacional, libertad de expresión política, etc. - en otras palabras exigían igualdad civil para todos los habitantes de un país común a todos sus ciudadanos, sin referirse siquiera a la existencia de una entidad judía soberana.
A principios del siglo XXI el acento pasó a insistir en la plena igualdad de todos los derechos, en la posibilidad de adquirir terrenos e inmuebles en todas partes, en la distribución de los presupuestos nacionales – pero

ya "entendiendo" la presencia de un estado judío con el cual deberán llegar a fórmulas de entendimiento, convivencia y coparticipación igualitaria.
Véase el documento de 1996 publicado por la Comisión de Seguimiento de los Árabes de Israel y el Comité de Intendentes Municipales Árabes que exigió igualdad socio-económica y la anulación del carácter judío del Estado de Israel convirtiéndolo en una democracia concertada.
El prólogo comienza diciendo: "Nuestro objetivo como árabes palestinos de Israel es crear una definición de identidad propia que incluya todos los componentes del existir – políticos, culturales, económicos, educacionales, regionales y sociales…y para ello debemos recopilar todas las definiciones existentes para expresar una visión completa y homogénea en la medida de lo posible"…
En junio 2015, el Centro ADVA para la Información de la Igualdad y la Justicia Social en Israel, difundió una detallada lista de los perjuicios económicos provocados a Israel desde su existencia como resultado de su conducta hacia los árabes: inestabilidad económica continuada; barreras al crecimiento, a las inversiones, al comercio, al turismo, a las relaciones laborales; baja clasificación de riesgo financiero; amenazas de bloqueos y embargos; política económica neo-liberal diferencial, que no se aplica en los territorios palestinos oprimidos por las limitaciones comerciales e industriales gubernamentales; falta de infraestructuras y privaciones de mejora del nivel de vida; restricciones en la participación gubernamental en los presupuestos municipales; tintes políticos en la aprobación de mejoras sociales y humanitarias en los sectores de densa población árabe palestina, lo que agrava el descontento y conduce a la violencia.
Autonomía e igualdad de derechos:
Sobre ese apasionado escenario, las nuevas generaciones buscan modelos existenciales nuevos, eludiendo la israelización de los integrantes de la minoría árabe palestina israelí (también con esta definición hay vacilaciones: años atrás se autotitulaban árabes de Israel, luego pasaron a ser palestinos, ahora son árabes-palestinos residentes en Israel).
Si en 1998 las aspiraciones se concentraban bajo los lemas de "Religión-Cultura-Deportes", y el foco estaba orientado al cultivo del idioma árabe y de la herencia árabe propia, creando una sociedad autónoma desde los puntos de vista cultural y educativo orientada por los valores humanos y respetando el pluralismo, en los últimos años los lemas son "Educación-Salud-Sociedad", quiere decir, el acento se trasladó al desarrollo humano y nacional de la sociedad, al afianzamiento de una identidad colectiva que goza de los mismos derechos y participa de los mismos esquemas de conducción nacional que la población judía, con presupuestos igualitarios.
Si la generación de 1948 es vista como la que sufrió la Nakba, la destrucción impuesta por el invasor sionista, y la generación de los años 50 y 60 del siglo pasado fue oprimida por las restricciones de la Administración Militar, la generación de los años 70 y 80 son del "período del despertar", que los lleva a fines de los años 90, después de los fallidos Acuerdos de Oslo de 1993, a rebelarse contra la definición judía del Estado de Israel como estado judío y democrático. Si es "democrático", alegan ellos, no puede ser "judío", pues "la contradicción entre las dos características es insuperable y conduce al régimen de apartheid que hoy deben soportar".
El despertar de los jóvenes:
Los sucesos de la así llamada primavera árabe contagiaron la oposición a los regímenes anteriores, cuyos líderes son considerados continuadores de los períodos colonialistas y agobiados por la corrupción y la opresión: así los jóvenes destacan el fracaso de las acciones de la OLP – Movimiento de Liberación Palestina, que no condujeron a ninguna solución elemental.
En la serie "Citizenship Studies 2008- Jamal" podemos encontrar estudios que apuntan hacia la creación de organismos orientados a temas estratégicos: Si en 1998 un 22% de las actividades estaban orientadas a temas culturales y diversión, en 2007 ellos ocuparon el 31% de la actividad; si en 1998 el 10% se dedicaba a educación e investigación, en 2007 pasó a 19% - frente a ello, en 1998 el 25% de las actividades estaban orientadas a temas religiosos, estos ocuparon solo el 12% en 2007.
Estos jóvenes están interligados por los teléfonos celulares y por el Internet. Algunos investigadores insisten que el 97% de los jóvenes de 18-29 años de edad utilizan el Internet diariamente; el 82% define al Internet como la fuente primordial de información; el 74% activan en las redes sociales en particular "Facebook".
Se empiezan a ver repetitivamente definiciones como "Movimiento Juvenil" destinado a tomar las riendas de los centros del poder, desalojar a los que decepcionaron por su ineficacia y corrupción a pesar que se auto titularon "legítimos representantes del pueblo palestino": las reglas de juego se van modificando. No cabe la menor duda que estamos en una región muy dinámica, y debemos estar muy atentos.
* Reflexiones motivadas por la conferencia de Arik Rudnitzky, doctorando del Centro Dayán para estudios del M.O. y África, Univ. de Tel Aviv.