JUDAISMO HUMANISTA

O Judaismo Humanista é a pratica da liberdade e dignidade humana

Interpretación y comentario
“Así era la costumbre de los habitantes de Jerusalén: una persona salía de su casa con su lulav en la mano; iba a la sinagoga con su lulav en la mano; recitaba el Shmá Israel y rezaba con su lulav en la mano; leía la Torá y levantaba su mano para bendecir y lo apoyaba en el suelo. Iba a visitar enfermos y a consolar a los enlutados, con su lulav en la mano”' (Talmud de Babilonia: Sucá 41b).
Aparentemente, el Talmud nos enseña cuán apegados al cumplimiento de los preceptos eran los habitantes de Jerusalén. Pero de manera más profunda, se ve que aquí no hay una lección sobre las leyes del lulav, sino de Halajá y ética.
Está escrito: “Iba a visitar enfermos y consolar a los enlutados con su lulav en la mano”, pero durante la festividad las costumbres del duelo están suspendidas. La fiesta es el “tiempo de nuestra alegría” y esta regla hace que la festividad anule o posponga la Shivá (los siete primeros días del duelo).
Pero si eso es lo que dice la Halajá, ¿por qué el Talmud trae el ejemplo de una persona que visita y consuela a los enlutados con su lulav en la mano? Puesto que si no hay duelo, no hay enlutados. Y si no hay enlutados durante la festividad, no se puede cumplir con el precepto de consolarlos. Por lo tanto, una persona no podría consolar a los enlutados cuando está “con su lulav en la mano”, porque no hay enlutados en Sucot.
Si es así, ¿de qué se trata todo esto?
El rabino Shrira Gaón respondió de manera simple al dilema que surge de las palabras del Talmud: “Si bien no hay costumbres de duelo en los días de la festividad, sus amigos (del enlutado) van junto a él y se sientan con él para consolarlo”.
Si bien no se siguen las costumbres del duelo durante la festividad y por lo tanto tampoco rige el precepto de consolar a los enlutados, la persona de duelo todavía está sintiendo dolor y es de esperar que sus amigos vayan a consolarlo y a ayudarlo a sobrellevar su sufrimiento. A pesar de que según la Halajá no hay duelo, los enlutados todavía están tristes.
Con mucha frecuencia, escuchamos que hay personas que se deslindan de sus diferentes tipos de compromisos sociales o nacionales por una ferviente fe religiosa.
Con mucha frecuencia, nos encontramos con personas faltas de amabilidad o de sensibilidad o que tienen hasta una conducta ofensiva, cuyo origen proviene de determinado tipo de entendimiento de las exigencias de la religión. Por un lado, la lealtad ciega a los detalles de la ley ocupa el lugar de la fe. El seguimiento al pie de la letra de cada mínimo detalle es considerado como correcto, y ser justo es más importante que ser bueno.
En su respuesta, el rabino Shrira Gaón nos demuestra que el Talmud no busca enseñarnos los mínimos detalles del ritual religioso y no busca imponernos nuevas leyes exigentes que comprueben nuestra entrega espiritual. El objetivo de la discusión halájica es enseñarnos valores. El objetivo no es que cumplamos un precepto de mejor manera, sino que seamos mejores personas.
A pesar de las exigencias de la ley y a pesar de

la lógica halájica, si nuestra manera de entender la Palabra de Dios nos convierte en personas menos sensibles a las necesidades del otro, debemos examinar nuestro entendimiento. Si la lógica pura lleva a la insensibilidad o a la crueldad, debemos revisar nuestras premisas y verificar nuestras conclusiones.
No debemos utilizar a la Halajá para oprimir nuestra naturaleza humana; tenemos prohibido aprovechar la orden Divina para justificar nuestra falta de sensibilidad hacia las necesidades de nuestros semejantes, o usar el yugo de los preceptos como excusa para eludir nuestros compromisos.
Como aprendimos del Talmud, aunque no estén vigentes las costumbres del duelo, no estamos exentos de consolar a los enlutados con nuestros lulavim en las manos.

Estudio y análisis
Rabino
Dr. Alexander Even-Jen
Profesor de Pensamiento Judío, Instituto Schechter de Estudios Judaicos, Jerusalén
“De las cuatro especies que forman el lulav, dos de ellas dan frutos y las otras dos no. Las que dan frutos necesitan de las que no dan frutos; y las que no dan frutos, necesitan de las que dan frutos. Y la persona no cumple su obligación con ellas hasta que no estén todas unidas. Y lo mismo ocurre con el pueblo de Israel, que no volverá a su tierra hasta que no estén todos unidos” (Ialkut Shimoni 23, 247 651).
1- ¿Por qué se necesitan unos a otros?
2- ¿Qué quiere decir que “se necesitan”?
3- ¿Necesitan uno de otro de igual manera?
4- ¿Este llamado a la “unión”' puede convertirse en peligroso?
5- ¿El argumento de que la persona no cumple su obligación hasta que no estén “todas unidas”, ¿no es una exageración?
6- ¿Por qué el individuo depende de la sociedad para cumplir con su obligación? ¿Acaso significa que aunque el individuo cumpla todos los preceptos, todavía es considerado “transgresor”?
7- ¿Acaso la época mesiánica también depende de la unión del pueblo?
“Ciertamente, debemos adornar la sucá. Y los adornos de la sucá la acompañan en todo momento y nosotros estamos acostumbrados desde siempre a adornarla con telas con diseños, colgando en ella nueces, duraznos, almendras; ésa es la sucá israelí típica.
De la misma manera somos llamados a adornar también la ley que es nuestra fortaleza: “Y no fue destruída Jerusalén sino porque juzgaron en ella según la ley de la Torá y porque no hicieron más allá de la letra de la ley”' (Baba Metzía 30b).
Nosotros estamos preparados para situarnos en la máxima altura de la Palabra de Dios en su ética pura, congregarnos con todos nuestros hermanos, no sólo a nivel de la ley, de la justicia, sino más allá de la letra de la ley”' (rabino Kook, Mitoj Mainot, Sucot p.60).
¿Cuál es la relación entre la fiesta de Sucot y la destrucción de Jerusalén?
¿Jerusalén fue destruída porque juzgaron en ella según la ley de la Torá?
¿Qué quiere decir “más allá de la letra de la ley”? ¿Quién puede juzgar de esa manera?
El rabino Kook argumenta con valentía que la ética Divina “pura” enseña que hay situaciones en las cuales no hay que juzgar según la ley halájica.
¿No hay aquí un peligro de anarquía? ¿Las palabras del rabino Kook y del Talmud objetan la vigencia de la Halajá?
¿El rabino Kook quiere justificar su trabajo en conjunto con los pioneros sionistas seculares?

Editado por el Instituto Schechter de Estudios Judaicos, ls Asamblea Rabínica de Israel, el Movimiento Conservador y la Unión Mundial de Sinagogas Conservadoras.

Traducción: rabina Sandra Kochmann

Exibições: 36

© 2024   Criado por Jayme Fucs Bar.   Ativado por

Badges  |  Relatar um incidente  |  Termos de serviço