Interpretación y comentario
La parashá “Reé” es la tercera en tamaño en cuanto al número de mitzvot (preceptos), ya que incluye: 55.
Con seguridad, el precepto que se destaca por ser diferente a los demás se encuentra en Deuteronomio 13:1: “Toda la palabra que yo os ordeno a vosotros, eso habréis de cuidar para hacer. No habrás de añadir sobre ello ni habrás de disminuir de ello”. De hecho, este versículo incluye dos de los 613 preceptos: el número 454: “No agregar nada a los preceptos y a su interpretación”; y el número 455 que dice: “No disminuir nada de los preceptos ni de su interpretación”. Este par de preceptos se conocen como “Bal tosif” (“No agregarás”).
Es interesante que, a pesar de que Maimónides y el “Sefer Hainuj” relacionan estos preceptos a dicho versículo, esta prohibición ya aparece en Deuteronomio 4:2: “No habréis de añadir sobre la palabra que yo os ordeno a vosotros, ni habréis de disminuir de ella para observar los preceptos de Adonai vuestro Dios, que yo os ordeno a vosotros”.
El objetivo de estos preceptos y su alcance motivaron muchas preguntas. Si tuvieron la intención de prohibir todo cambio, entonces había dificultad para justificar las tradiciones post bíblicas, como Purim y Januca, y la gran cantidad de correcciones, veredictos y limitaciones que establecieron Nuestros Sabios.
Pero bien temprano (por ejemplo en el tratado de Rosh Hashaná 28:2), se encontraron indicios de una variada gama de razones para limitar el alcance de “No agregarás”. Rashi, por ejemplo, trata el asunto de manera muy específica: “No hay que jugar con los detalles de los preceptos: cinco señales en los tefilín; cinco especies en el lulav; cuatro bendiciones en la Bendición de los Cohanim”.
La postura de Maimónides es distinta: “Es como el precepto que enseña que comer carne de pollo con leche es una prohibición de la Torá”. Él no se refiere a un cambio en la forma de cumplimiento del precepto (por ejemplo: cinco puntas en el talit en lugar de cuatro), sino en la forma de clasificar al precepto. Un “cambio” en el nivel del precepto, de “rabínico” a “de la Torá” o al revés, es para él una transgresión a “No agregarás”. No nos está permitido cambiar la cantidad de preceptos (613) y tampoco su nivel, ya sea para más o para menos.
Ibn Ezra y Najmánides proponen una tercera postura. En las palabras de Ibn Ezra: “No agregarás: De vuestra propia opinión y penséis que eso es un culto para Dios”.
El ejemplo de Najmánides dice que nos está prohibido crear nuevas fiestas. Esta tercera postura contra la “creatividad” en el campo de los preceptos estuvo vigente entre los rabinos más tradicionalistas a lo largo de las generaciones y lo está hasta hoy, para oponerse a los cambios y renovaciones, especialmente en la sinagoga y los rezos.
A pesar de esto, Najmánides mismo encuentra un camino para justificar el precepto de
la lectura del rollo de Ester que, con seguridad, es un agregado posterior a la Torá.
El pueblo de Israel -de hecho- cambió, renovó y también agregó fiestas con el transcurso del tiempo, cuando así se lo dictó la Historia, encontrando motivos para justificarlas en los versículos tales como: “...no te apartes de la sentencia que te habrán de aclarar” (Deuteronomio 17:11) y “...pregunta a tu padre y él te habrá de narrar; a tus ancianos y ellos te habrán de decir” (Deuteronomio 32:7). Esto puede ayudarnos a entender por qué quienes enumeraron los preceptos relacionaron “No agregarás” a Deuteronomio 13:1 de la parashá “Reé”, expresado en lenguaje singular refiriéndose al individuo, en oposición a Deuteronomio 4:2, en el cual la ley está en plural, refiriéndose a la congregación. Por lo tanto, la mayoría de las explicaciones se refieren a la acción del individuo, como aquéllas de Rashi y Maimónides.
El “Jatam soler” dio a ese versículo una explicación interesante contra el extremismo religioso: está prohibido ampliar, aumentar y decir que una cosa que no es tan grave es “muy grave”.
De todas maneras, hay una gran división en la aplicación de la costumbre de que una prohibición de la Torá se puede facilitar en un momento de necesidad.
El rabino Bonem de Przysucha ve en esto una dimensión psicológica: cuando una persona no está madura, necesita rigor y límites. Lo escrito: “No habréis de agregar... y no habréis de disminuir” está relacionado al versículo que viene después: “Pero vosotros, los que estáis adheridos a Adonai vuestro Dios” (Deuteronomio 4:4). Cuando vosotros estáis adheridos a Dios, no hay necesidad de restricciones y limitaciones. Según esta postura, el extremismo en la religión no es un símbolo de fortaleza, sino de debilidad y falta de seguridad.
Estudio y análisis
Rabino Dr. Alexander Even-Jen
Profesor de Pensamiento Judío, Instituto Schechter de Estudios Judaicos Jerusalén
1- ¿Por qué “reé” (“mira”)?
2- ¿No era suficiente “haremos y escucharemos”?
3- ¿Puede ser que Moshé -que en el libro Deuteronomio investiga y pone a prueba todo lo ocurrido desde la salida de Egipto- llegó a la conclusión de que sus fracasos como líder que no logró evitar que su pueblo cometa pecados y llegue a la idolatría, son consecuencias de que él se conformó con la declaración -aparentemente poderosa- “haremos y escucharemos”?
4- “Tomó (Moshé) el libro del Pacto y lo leyó a oídos del pueblo. Ellos dijeron: Todo lo que ha dicho Adonai haremos y escucharemos” (Éxodo 24:7). ¿Será que “haremos y escucharemos” fue dicho por todo el pueblo? ¿Puede ser que sólo una parte del pueblo respondió en voz alta? ¿Puede ser que una parte del pueblo respondió de una manera que no ponga en riesgo su posición o su bienestar? ¿Será que lo que dijo la boca reflejaba lo que sentía el corazón?
* Director de la Ieshivá Conservadora en Jerusalén
Editado por el Instituto Schechter de Estudios Judaicos, Asamblea Rabínica de Israel, Movimiento Conservador y Unión Mundial de Sinagogas Conservadoras.
Traducción: rabina Sandra Kochmann