El libro, recientemente publicado, “El judío del mundo” (“Iehudí Olamí”” es el nombre original en hebreo) del rabino Eliahu Birnbaum, en colaboración con Yoav Sorek, es como lo dice el subtítulo, el reflejo de “los viajes a la historia maravillosa y a las comunidades anónimas”.
El rabino Birnbaum, que seguramente recordarán los lectores de Aurora ya que en estas páginas fueron publicados algunos de sus artículos, ha recorrido el planeta en ayuda de las comunidades aisladas y de las que después de siglos de alejamiento, pretenden regresar al judaísmo.
Al dar vuelta la tapa del libro aparece el mapa del mundo, con señales que indican los múltiples sitios a los que llegó el rabino, con la aclaración: los puntos en azul representan cada ciudad que fue motivo de uno o más artículos: los de color celeste refieren a comunidades especiales: descendientes de las tribus perdidas, de los conversos forzosos y otros grupos que desean renovar su pertenencia al judaísmo.
Durante cuatro años el rabino Birnbaum publica en suplemento del periódico “Makor Ri shón” su columna que lleva el nombre de esta obra. Por medio de su pluma, y la particular visión del rabino, los lectores se encuentran con los descendientes de “anusim” de Portugal y América Latina que resguardan la tradición desde hace cientos de años, así como una nueva generación de “anusim” de otro tipo, que renueva su identificación judía en Polonia.
En el caso de los lectores de Aurora, este trabajo tiene una particular relevancia. El rabino Birnbaum nació en Uruguay, hizo aliá en 1972, sirvió como oficial en la unidad de blindados en Tzáhal y combatió en la Primera Guerra del Líbano. En la década del '90 fue durante algunos años el rabino jefe de la Comunidad judía de Montevideo. Hasta el momento desempeña el cargo de director del Instituto Strauss Amiel de formación de rabinos y del Instituto Bern Amiel que forma a educadores que luego servirán en comunidades de la diáspora.
Asimismo, es el rabino de la organización Shabei Israel que se ocupa de judíos que por diversas circunstancias se alejaron con la intención de volverlos a su pueblo. Asimismo integra un tribunal especial de conversiones del Rabinato de Israel.
Entre los numerosos artículos dedicados en el libro a América Latina se destaca el que describe a la comunidad de Trujillo en el norte de Perú, llamada Bnei Moshé. Explica el autor que su historia comenzó hace unos 50 años; el líder del grupo, Segundo Villanueva, que hoy reside en Israel y adoptó el nombre de Zerubabel Tzidkiahu, “comenzó su camino judío en la búsqueda de la verdad espiritual”.
“El recorrido espiritual del cura católico comenzó cuando su padre, antes de morir, le entrego una Biblia y le dijo que allí se encuentra la verdad y la palabra de Dios al mundo. Villanueva comenzó a estudiar la Biblia y allí descubrió que es obligación respetar el sábado, que el pueblo judío es el elegido y la tierra de Israel es la Tierra Santa”.
Con el tiempo, el cura encontró muchas diferencias entre la Biblia judía y la doctrina cristiana, cambiando su creencia y su forma de vida. Logró arrastrar a su familia y a su comunidad, que recibió las obligaciones del judaísmo por medio de las enseñanzas y disertaciones de Villanueva.
Más adelante recuerda el autor: “La visita a la comunidad Bnei Moshé fue emotiva e interesante. Los integrantes de la comunidad aprendieron por sí mismos, creando una comunidad judía de la nada, en una aldea apartada del desierto peruano. Construyeron una sinagoga, prepararon libros de la Biblia con reproducciones ampliadas…”.
“La sinagoga está construida con ladrillos rojos y contiene un arca para los rollos, el escenario, el púlpito para el oficiante y una cortina separa a hombres y mujeres. Todo fue construido por los miembros de la comunidad con gran entrega y amor”.
El capítulo finaliza detallando que hasta el momento hubo cuatro grupos de aliá de Bnei Moshé a Israel, cada una de los cuales recibió un número. En la actualidad estas personas son parte de comunidades judías religiosas en Israel. Los integrantes de los dos primeros grupos residen en Elón Moré; el segundo núcleo reside en Alón Subt. Y Carmei Tzur; el cuarto, tuvo como destino las poblaciones de Shavei Shomrón, Einav y Avnei Eitán”.
Mezcla de “anusim” y delincuentes
En el capítulo que trata sobre la comunidad de Recife, Brasil, el rabino Birnbaum señala que “los judíos comenzaron a radicarse en el lugar desde el año 1500. En esa época la ciudad era la capital de la colonia portuguesa de Pernambuco. Los primeros judíos eran `anusim', que fueron enviados junto con presos y delincuentes a desarrollar la nueva colonia. Los judíos que vieron en esto una oportunidad económica y una forma de alejarse un poco del ojo de la Inquisición, recibieron el mandato con beneplácito. Desarrollaron la zona y la convirtieron en un floreciente centro de cultivo de caña de azúcar. Los judíos consiguieron desarrollar ramos económicos en esta región del norte de Brasil, entre ellos exportación de azúcar, así como el sector financiero y el suministro de esclavos africanos. Se convirtieron en una fuerza económica y comercial importante en la zona”.
El libro, de lujosa edición, con más de 400 páginas, está escrito en un hebreo fluído, fácil de comprender y disfrutar, abriendo una amplia ventana a quien se interesa por el destino de los judíos de la diáspora a lo largo y ancho del mundo.
J.D.
*“Anusim”, el plural para “anús”, significa “los forzados” en hebreo. Este es el término legal rabínico aplicado a un judío que ha sido forzado a abandonar el judaísmo en contra de su voluntad, y quien hace todo lo que está en su poder para continuar practicando el judaísmo bajo la condición de coerción. Definición del sitio de la Asociación Bnei Anusim Baderej
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