El presidente Shimon Peres (foto) expresó su objeción jueves a la decisión del Gobierno de deportar a 400 niños, hijos de trabajadores extranjeros, nacidos en Israel.
"Con respecto a los 400 niños que nacieron en Israel, hablan hebreo, y se sienten israelíes, deportarlos está fuera de cuestión. Mi opinión es inequívoca: estos niños deben ser autorizados a permanecer en Israel", dijo Peres en una conferencia en Kfar Hamaccabiah en Ramat Gan, cerca de Tel Aviv.
El miércoles, el ministro de Defensa Ehud Barak anunció que iniciará otra discusión en el Gabinete, el domingo.
Barak, quien estuvo ausente de la discusión anterior debido a un viaje al extranjero, no pudo dejar una nota expresando su oposición a las deportaciones previstas.
"La decisión de arrestar y deportar a 400 niños es escandalosa", dijo.
"Las imágenes de policías entrando a las casas de los trabajadores extranjeros y arrastrando a la fuerza a sus hijos, las imágenes de guardias metiendo a las familias en las prisiones, y las imágenes de inspectores del Ministerio del Interior llevando a niños que hablan hebreo a los aviones, causará un daño irreparable para todos nosotros, tanto dentro y fuera de Israel", declaró Barak.
En respuesta a los comentarios del ministro de Defensa, el ministro del Interior, Eli Yishai, dijo: "Es una vergüenza, la gente están haciendo un uso cínico de los niños de los inmigrantes extranjeros con el fin de subir los ratings".
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