Rashi, el mayor exégeta de la Biblia Rashi, cuyo nombre completo es Rabí Shlomo Itzjaki, realizó comentarios sobre la Torá y el Talmud a través de un meticuloso análisis del lenguaje de los textos. Filologista y lingüista, derivó sus principios gramáticos de la literatura rabínica y de los trabajos en hebreo de escritores españoles. Utilizó un lenguaje conciso y directo y en ocasiones dio explicación a un problema con una sola palabra.
La sabiduría secular y religiosa contenida en sus escritos influyó en la vida de un sinnúmero de judíos. De hecho, a partir del año 1475 cuando es publicado su primer comentario, la mayoría de los textos bíblicos y talmúdicos editados incluyeron sus aportaciones, enriqueciendo la imaginación y nutriendo el espíritu de las generaciones posteriores.
Para simplificar sus comentarios Rashi explicó el significado literal de las palabras con términos sencillos y aclaró el contenido del versículo al que se refería.
El uso del idioma vernáculo fue otra de sus características. Cuando dudaba si un término en hebreo o arameo sería comprendido lo traducía al francés o utilizaba dibujos e ilustraciones gráficas. Cuando no tenía la certeza del significado de un texto, citaba a alguna autoridad rabínica.
Rashi es considerado un guía para el pueblo judío y sus aportaciones han beneficiado a muchas generaciones de estudiantes y han fomentado nuevas áreas de estudio e investigación hasta nuestros días.
En el comentario de tosafot es llamado cuando lo citan a Rashi como “kuntras'', que significa copilación. Lo apodaron así por que él acostumbraba a responder en pequeñas notas sin identificarse; toda pregunta que surgía en el estudio y no encontraban solución, al día siguiente encontraban aquella nota en la mesa de estudios.
Rashi era todavía muy joven cuando abandonó su ciudad natal y se fue a Worms y a otras ciudades famosas por el calibre de sus maestros espirituales.
Con insaciable ansiedad, Rashi se dedicó devotamente al estudio de la Torá y el Talmud y tras ocho años de constante y profundo estudio, regresó a su ciudad natal. Tenía solo 25 años, pero sus conocimientos le permitieron estudiar en forma individual.
Poco a poco fue adquiriendo fama hasta que pronto su casa estuvo colmada de discípulos y sabios que venían a aprender de él.
Eventualmente Rashi fue nombrado Rabino de Troyes, cargo que ocupó ad-honorem, pues igual que su padre, decidió que su sustento proviniese de la venta del vino.
Era joven aún cuando comenzó a escribir su famoso comentario a la Torá y el Talmud. Hasta el momento se hacía muy difícil la comprensión apropiada de la Torá, y más aun del Talmud.
Para subsanar dicho inconveniente, Rashi decidió escribir un comentario cuya característica principal fuera la redacción breve y fácil; un comentario que les permitiera a todos transitar por los complejos senderos de la Torá y el Talmud. A pesar de la monumental obra, su modestia le hizo vacilar en sacar a la luz el fruto de su trabajo. Además, Rashi quería saber si este sería recibido favorablemente. Para ello Rashi escribió su comentario en hojas de pergamino e inició un viaje de dos años por las distintas ieshivot, academias de estudio de la Torá de aquella época .
Durante este viaje Rashi no reveló su identidad, de modo que su presencia pasase inadvertida. Llegaba a una ieshivá y se sentaba entre los demás estudiantes para escuchar la disertación del maestro o Rabí que la dirigía. Oportunamente el maestro llegaba a algún pasaje difícil de explicar, cosa que intentaba hacer de la mejor manera posible, aunque inevitablemente todavía quedaban detalles oscuros e indescifrables.
A la noche, cuando Rashi quedaba solo, tomaba una de las hojas de pergamino en la cual explicaba profusamente el pasaje mencionado en un lenguaje breve y claro, y la colocaba sobre el pupitre del maestro para que éste pudiese aclararlo al día siguiente.
Você precisa ser um membro de JUDAISMO HUMANISTA para adicionar comentários!
Entrar em JUDAISMO HUMANISTA