Interpretación y comentario
La próxima semana celebraremos Rosh Hashaná, por lo que profundizaremos en el tema del arrepentimiento (teshuvá). El Judaísmo rabínico cree que Dios nos dio la elección de "pecar", pero también nos dio la posibilidad de arrepentirnos.
La idea de la libertad de elección ya fue explicada de buena manera en las Leyes de Arrepentimiento de Maimónides (5:2): "...Toda persona puede ser justa como nuestro maestro Moisés o malvada como Jeroboam, al igual que sabia o necia, misericordiosa o cruel... y así en todos los demás rasgos. Nadie la obliga... y nadie la arrastra por ninguno de los dos caminos, sino que ella misma, por su propia determinación, se inclina hacia el camino que prefiere".
Por otro lado, así como toda persona tiene la posibilidad de pecar, también tiene la posibilidad de corregir sus acciones y arrepentirse. Cuando una persona peca, "falla" en acertar los objetivos que fueron establecidos por El Santo Bendito Sea y Su Torá; cuando la persona se arrepiente, vuelve a Dios y a Sus preceptos y así "acierta" en los objetivos del Judaísmo. Por lo tanto, dijeron en Pirkei Avot (4:17): "Mejor una hora de arrepentimiento y buenas acciones en este mundo, que toda la vida en el mundo venidero".
¿Y quién tiene que tomar la iniciativa y llevar a cabo el proceso de arrepentimiento? No tenemos sacerdotes ni santos que nos perdonen por nuestras transgresiones. Cada judío debe examinar sus acciones y arrepentirse por sí mismo. Así aprendemos del relato de Elazar ben Dordia (Talmud de Babilonia, Avodá Zará 17a), que "no hubo una sola prostituta en el mundo a la cual no visitó". Al final, quiso arrepentirse. ¿Qué hizo? "Fue y se sentó entre dos montañas y colinas y dijo: "Montañas y colinas, pidan piedad por mí", y ellas se negaron. Dijo: "Cielos y tierra, pidan piedad por mí", y ellos se negaron. Entonces dijo: "Todo depende de mí. Colocó la cabeza entre sus rodillas y lloró...". Todos nos parecemos a Elazar ben Dordia, todos buscamos una "montaña" o "colina" que pida piedad por nosotros, pero no hay un emisario para el arrepentimiento. Al final, todo depende de nuestra voluntad de mejorar y volver al buen camino.
¿Y cómo es el proceso de arrepentimiento? He aquí cinco pasos mencionados en nuestras fuentes:
1- Arrepen- timiento. "Se arrepentirá de sus malas acciones y dirá en su corazón: ¿Qué hice? ¿Cómo no sentí temor ante Dios en ese momento?" (Rabenu Ioná, Shaarei Teshuvá 1:10).
2- Confe- sión. Confesar nuestras transgresiones. Y no es suficiente leer las listas de las mismas del Majzor. Cada uno debe confesar sus propios pecados. (Shulján Aruj, Oraj Jaim 707:1).
3- Conciliación Ir hacia el prójimo, reconciliarse con él y pedirle perdón hasta que lo disculpe. (Shulján Aruj, Oraj Jaim 706:1).
4- Abandonar el pecado. "¿Y qué es el arrepentimiento? Es que el pecador abandone su pecado y lo borre de sus pensamientos, y diga en su corazón que no lo volverá a hacer" (Maimónides, Leyes del Arrepentimiento
2:2).
5- No volver a cometer el mismo pecado al encontrarse ante la misma situación. "¿Cuál es el arrepentimiento perfecto? El de aquella persona ante la cual se presenta la oportunidad de repetir el mismo pecado que antes cometió, pero se aparta y no lo hace por causa del arrepentimiento" (Maimónides, Leyes del Arrepentimiento 2:1).
Finalmente, surge la pregunta: ¿cuándo conviene arrepentirse? Nuestros Sabios determinaron que el mejor momento es entre Rosh Hashaná y Iom Kipur (Oraj Jaim 703). Pero es preferible arrepentirse en cualquier momento, como aprendimos: "Rabi Eliezer dice:... y arrepiéntete un día antes de tu muerte (Pirkei Avot 2:10). Preguntaron sus alumnos: ¿Acaso la persona sabe en que día morirá? Les respondió: Por eso debe arrepentirse hoy, por si muere mañana, ¡y así se arrepentirá todos los días!" (Talmud de Babilonia, Shabat 153 a).
Sea Su voluntad que podamos tomar seriamente el mensaje de los Iamim Noraim y, como consecuencia de ello, se cumpla la visión del profeta que citamos en la ceremonia de Tashlij en Rosh Hashaná: "Él volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades y arrojará en lo profundo del mar todos nuestros pecados" (Mija 7:19).
Estudio y análisis
Rabino Dr. Alexander Even-Jen
Profesor de Pensamiento Judío, Instituto Schechter de Estudios Judaicos, Jerusalén
"Pero Yo, ocultar habré de ocultar Mi Rostro -en aquel día- por todo el mal que él ha obrado, ya que se ha dirigido a otros dioses. Y ahora escribíos el cántico este, y enséñalo a los hijos de Israel, pónselo en su boca para que sea para Mí el cántico este por testigo contra los hijos de Israel" (Deuteronomio 31:18-19).
1- Es conocido el relato sobre la respuesta que dio el Rabi de Kotz a un alumno que no entendió por qué Dios oculta Su Rostro. El alumno preguntó: "¿Dónde está Dios? Y el Rabi de Kotz respondió: Donde se encuentra la persona que Le permite entrar".
El versículo citado aquí, ¿sustenta o se opone a las palabras del Rabi de Kotz?
2- ¿"El ocultamiento del Rostro" es un castigo? ¿Un castigo para la persona? ¿Un castigo para Dios? ¿Para los dos?
3- ¿Por qué dice "escribíos el cántico este"? ¿Acaso este "cántico" va a descubrir el Rostro oculto de Dios? ¿Acaso está en el cántico el poder de liberar al ser humano de las ataduras que no le permiten descubrir la luz Divina? ¿Cómo puede un cántico ser "testigo"?
El rabino Kook canta:
"Cada vez que el corazón late un latido espiritual de verdad,
cada vez que una nueva y noble idea nace,
nosotros prestamos atención,
como a la voz de un ángel de Dios que bate,
que golpea las puertas de nuestras almas,
que pide que le abramos nuestras puertas,
para que Aparezca ante nosotros en su máximo esplendor".
(Rab Abraham Itzjak Hacohen Kook, "Orot haKodesh Alef", p. 165).
* Presidente del Instituto Schechter de Estudios Judaicos, Jerusalén.
Editado por el Instituto Schechter de Estudios Judaicos, la Asamblea Rabínica de Israel, el Movimiento Conservador y la Unión Mundial de Sinagogas Conservadoras.
Traducción: rabina Sandra Kochmann